No hay ninguna obligación de presentar un número determinado de presupuestos. La junta de propietarios y el propio sentido común decidirá cuántos presupuestos hay que pedir para llevar a cabo una obra en una comunidad de vecinos. El mínimo recomendable para poder constrastar y obtener información suficiente de varias empresas de reformas serían entre 3 y 5 presupuestos, independientemente del tipo de obra o reforma que se plantee en la comunidad.
En Solución Reformas nos encargamos de esta gestión por ti, por tu comodidad y por agilizar la conexión entre las mejores empresas de reformas y los clientes, para que estos últimos puedan recibir todos los presupuestos que necesiten con una simple llamada. Además, nos encargamos de avisar de la aceptación o rechazo a las empresas de reformas que hayan presentado su presupuesto. Esto supone un ahorro considerable en tiempo y esfuerzo por ambas partes, ya que hacemos de filtro comunicativo entre cliente y profesionales.
Las obras en comunidades de propietarios siempre suponen discusiones, enfados, nervios, disgustos y estrés en general para los vecinos. Pero los edificios y comunidades tienen sus responsabilidades (como la pintura de las fachadas cada 10 años) en cuanto a mantenimiento y están obligadas a realizar un mínimo de reformas y obras cada cierto tiempo. Sea cual sea la reforma a realizar, los propietarios se reúnen, se vota, y unos quieren y otros no, pero finalmente la comunidad decide hacer obras, o simplemente tiene la obligación de hacerlo.
Aquí alertamos de los errores al pedir presupuesto:
Hay que evitar equivocarse en estas gestiones. Si realizas una petición genérica y poco ajustada del tipo “Queremos poner un ascensor en este bloque de pisos”, recibirás una respuesta que va a ser igual de genérica y poco ajustada que no te depara la mejor de las obras. A no ser que hayas dado con un profesional que por motivación propia profundice en tu solicitud y te pregunte las dudas que corresponden. Si quieres acertar al pedir presupuestos a las constructoras, tienes que definir las obras a realizar de la forma más concreta y precisa posible.
Aunque te parezca algo básico y extraño, hay que revisar que las cuentas del presupuesto estén bien hechas, ya sean multiplicaciones, sumas, porcentajes de iva o de descuentos, y otras operaciones. Esto que parece tan raro sucede más de una vez, por eso hay que revisar el presupuesto igual que revisaríamos la cuenta de un restaurante. Un cero de más o de menos supone un cambio enorme en las cantidades. Y por supuesto debemos también revisar que todas las partidas necesarias para la obra estén incluídas. Así evitamos sorpresas y malentendidos posteriores ya metidos en plena reforma y con los trabajadores en la obra.
Hay que entender y respetar el trabajo que conlleva elaborar una oferta de obra, lo que conocemos vulgarmente como presupuesto. ¿Pero es un presupuesto? Si, lo es, pero no es tan sencillo, y menos cuando hablamos de obras grandes o de magnitud considerable como suelen ser las que nos encontramos en comunidades de propietarios. Un ejemplo, para entendernos mejor, sería la rehabilitación y pintado de la fachada de una comunidad. Imaginemos que es una comunidad de ocho bloques de pisos de tres plantas cada uno, con aparcamientos separados por muros, piscina con caseta de obra donde están los baños, vestuarios y cuarto de mantenimiento… En definitiva, hay que ponernos en el lugar del que va a preparar el presupuesto, tendrá que ir in situ a la comunidad, revisar durante horas las fachadas y su estado para saber si hay grietas, roturas, cuánto hay que reparar, cantidad de mortero a usar, pensar en las inclinaciones del terrerno, por donde meter las máquinas elevadoras, los litros de pintura que harán falta, cuántos trabajadores harán falta para realizarla en el tiempo que estimen oportuno, y un largo etcétera.
En resumen, debemos tener en consideración más factores aparte del precio final, que suele ser lo más llamativo y el motivo de muchas lágrimas y quebraderos de cabeza después. Y es que más de una vez nos encontramos con la filosofía equivocada de «ir a precio», la reforma más barata, la reforma más económica… ERROR. Hay que pedir a la empresa referencias de otras obras realizadas similares a la que nos atañe. Estar atentos a la implicación del encargado a la hora visitar la comunidad y analizar la obra. Si aporta ideas, si recomienda soluciones a los problemas que le planteamos, etc. Nunca debemos decidir basándonos solo en el precio, es un consejo.
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